La propuesta tiene por objeto la rehabilitación y puesta en marcha de la fuente, para lo cual, tras estudiar las posibles alternativas se ha optado por la modificación del diseño original quitandole al cuerpo superior de la instalación su función de vaso, convirtiéndolo en un parterre elevado ajardinado, desde el que caerá el agua hacia el vaso inferior, convertido ahora en el único vaso de la fuente, de forma que, aplicando la máxima de que menos es más ahora el elemento agua del conjunto luce y adquiere pleno sentido y protagonismo, y además se le otorga un propósito compositivo al integrarlo en un elemento ajardinado, con el que intercambia roles y funcionalidades. 

Ello no obstante seguía planteando un serio problema de funcionalidad y de interacción visual con el conjunto, al seguir estando el cuerpo superior a una altura excesiva sobre el pavimento. De esta forma, hemos optado por modificarlo dándole una pendiente descendente desde el borde de contacto con el vaso inferior hacia el lado contrario, de forma que ahora caiga sobre el pavimento de la plaza, y de esta manera quede integrado estética y visualmente en el entorno y asuma funcionalidades de interacción con los ciudadanos, que podrán usar su borde, de 35 cm sobre el adoquinado, como banco natural, refrescado por la pradera de tapizantes que va a cubrir el atractivo parterre así generado. 

Para alojar los chorros de agua que van a constituir la nueva fuente, vamos a integrar en la pradera unos grandes elementos de roca caliza de cantera, semi-suspendidos sobre la lámina de agua del vaso, desde los cuales 3 gruesos chorros de agua caerán en arco, generando un agradable y referscante sonido. Este recurso compositivo evoca las fuentes tradicionales de las localidades rurales y serrana, en las que es habitual encontrar construcciones de piedra de la que surgen los chorros de agua de los lavaderos públicos tradicionales, abrevaderos y fuentes ornamentales.